Imagen inspiradora: obsolescencias y survivals urbanos.

Villa de Vallekas. 25/12/2009.

Mi nombre es Lena Castells Torrens. Soy trabajadora social desde el año 1995 por la Universitat de les Illes Balears (UIB) y Antropóloga social y cultural desde el año 2010 por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Soy una apasionada de la fotografía, inquieta y autodidacta.

Esta foto de la Villa de Vallekas, la capté el día de Navidad del año 2009, fue presentada como práctica del tema 2 del Curso de Antropología Visual y Webnografía I de la UNED. Las reflexiones que surgieron de su análisis han servido de punto de partida y de inspiración para continuar en la misma línea de investigación en Palma de Mallorca.

Fue ese buzón -mi punctum barthesiano* de esta primera foto inspiradora- el que me abrió toda una posibilidad de escudriñar algunos elementos urbanos que están en desuso y que todavía perviven en el tiempo y en el espacio junto otros que sobreviven al darles la ciudadanía un nuevo uso. Por tanto, el tema principal da vueltas sobre la huella que el tiempo deja en estos elementos y pone el foco en las obsolescencias y supervivencias urbanas desde una mirada exploratoria, reflexiva y curiosa.

En esta ruta con mirada antropológica a mi ciudad de nacimiento y residencia aparecen buzones, cabinas telefónicas, galeras, molinos rotos, solares abandonados y solares resignificados, que se tratan como hechos sociales y que configuran un paisaje en el que interaccionan transeúntes (residentes o visitantes) que, como fondo, ocupan algunas de las fotografías.

Un corto e intenso viaje por el imaginario urbano que siento propio, desde un extrañamiento imbuido de nostalgia, así como también curiosidad por las sorpresas que me he ido encontrando. Ya lo dijo el gran poeta Fernando Pessoa: «Los viajes son lxs viajerxs. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos»

Espacios y tiempos que confluyen aquí y ahora, cronotopías con reminiscencias nostálgicas y nuevas estrategias de supervivencia, en definitiva: survivals urbanos.

Este blog es un documento vivo, irá creciendo y expandiéndose en el tiempo y en el espacio gracias a las aportaciones de los comentarios de quienes naveguéis por él.

Sed bienvenidxs!

*Concepto extraído del ensayo de Roland Barthes, «La cámara lúcida».

Planteamientos epistemológicos (e ideológicos)

El concepto de ciudad del que parto es proactivo, no pasivo, por eso he elegido una de las fotos para ilustrar la portada donde puede leerse «la ciudad para quién la camina». Vendría a ser un concepto basado no solamente en criterios estadísticos o urbanísticos, sino criterios que engloban en el imaginario urbano relaciones a través de los objetos que co-habitan en la ciudad, uniéndolos a otras variables intangibles como la utilidad, el valor sentimental, las costumbres y tradiciones locales, los survivals, la pervivencia y la futurabilidad de los elementos y las acciones que intrínsecamente evocan.

Entre las tres maneras diferentes e interrelacionadas que Eduard Soja (2000) propone que puede ser susceptible de ser estudiada la «postmetrópolis» o «metrópolis postmoderna», es la segunda perspectiva (Secondspace) la que más me interesa en este trabajo. «Desde la segunda perspectiva (Secondspace) la ciudad toma el aspecto de un campo ideacional y es conceptualizada como imagen, pensamiento reflexivo y representación simbólica; por expresarlo brevemente, lo que pretende dicho enfoque es captar la ciudad a través del  imaginario urbano. (…) los enfoques Secondspace suelen ser más subjetivos y a interesarse por lo que se piensa sobre el espacio» (Josepa Cucó i Giner, Antropología urbana , 2004: 86).

En este caso, mi posición epistemológica determina la relación que establezco con el objeto de estudio. Básicamente mis observables han sido objetos, aunque he incorporado personas, animales y plantas. Por tanto, ha habido en algunas de las fotografías, una relación dialógica, un feed-back, que, aunque haya sido corto en el tiempo, ha sido necesario para conseguir el objetivo. Los casos en los que ha habido interacción han sido los que he tenido que solicitar permiso a las personas para ser fotografiadas, solicitar que hagan una performance concreta o para indagar en su profesión. Un trabajo de campo que me ha ido sorprendiendo y al que he tenido que aportar mucha imaginación antropológica.

En relación al discurso antropológico estoy cercana a lo que ya inició Mary Douglas y que expusieron N. Scheper-Hughes y M. Lock (1987) en lo referente al cuerpo individual, cuerpo social y cuerpo político. Por tanto, es mi propio cuerpo, en proceso de recuperación de la salud, como metáfora. Como feminista hago mía la frase «lo personal es político» y la convierto en un silogismo: lo personal es político, mi cuerpo es personal, mi cuerpo es político. Como lo es la ciudad: donde nada es neutral, donde se entremezcla el cuerpo social gracias a las interacciones y relaciones que en la ciudad se dan y el cuerpo político, con todos los símbolos y las relaciones de poder que en ella se conjugan.

En mi cuerpo también hay obsolescencias que busco en la ciudad, en mi cuerpo también hay supervivencias que encuentro en la ciudad. La reflexividad es un ejercicio muy sano y yo lo he practicado conscientemente en este trabajo de campo. Reconozco que está tamizado (de alguna manera sesgado) por mi propia circunstancia personal relacionada con la salud y por este trasfondo ideológico. No es un trabajo neutro, pues como sugieren Roger Canals y Laura Cardús: «tomamos y captamos las fotografías como elementos de construcción y de transmisión de nuestras reflexiones (…) usamos la imagen como discurso antropológico»

También parto de la idea que surgió de Alfred Korzibsky en su obra “Science and Sanity” (1994: prólogo) «el mapa no es el territorio» pues soy consciente de que esta mirada antropológica es el reflejo de mi «mapa» y que esta misma ciudad podría haber tenido otras miradas, desde el mapa de otros sujetos*.

Una frase que lo ilustra muy bien sería la que cita José Antonio González Alcantud en su texto «La fotoantropología, el registro gráfico y sus sombras teóricas» cuando dice que «la fotografía es un producto esencialmente simbólico y mucho menos sujeto al mimetismo de lo real de lo que inicialmente se pudiera pensar». A lo que yo añado: la intención no es «copiar» la realidad, es construir otra distinta desde nuestro mapa.

Mi visión y representación en el trabajo que aquí presento es sincrónica en su metodología aunque con un planteamiento diacrónico en su epistemología. Esto significa que he retratado la ciudad aquí y ahora (en dos días distintos), y al introducir en mi discurso antropológico las variables de tiempo, espacio y relaciones no solamente hago malabarismos con el ser y estar en el presente, sino en el continuum pasado-presente-futuro, por tanto me aproximo conscientemente a la propuesta de modelo cronotópico que hace Francisco Cruces y comparto su pregunta y su reflexión: «¿Qué sentido tienen los elementos obsoletos (éticos y estéticos) en la cultura urbana y cosmopolita? (…) «Los cambios no se producen sin más en el entorno tecnológico y económico sin afectar las formas de ver, oir y sentir. Una dimensión de ese ethos tiene que ver con la orientación de los actores en el continuo temporal pasado-presente-futuro», extraído de su texto Desbordamientos. Crono-topías en la localidad tardomoderna.

La obsolescencia y la supervivencia son dos conceptos que están dentro de un continuum espacio-temporal. Ésta es una de las hipótesis iniciales que me planteo en este trabajo y que, junto con otras, se detallan en el siguiente apartado.

*La programación neurolingüística (PNL) se basa en esta misma idea y la amplía.

Proceso teórico/metodológico

Hipótesis teóricas iniciales:

En la ciudad convivien formas arcaicas de comunicación, transporte y encuentro (interacción) con nuevas formas de comunicación tecnológicas.

Las nuevas tecnologías todavía no han logrado que las antiguas formas dejen de existir, aunque algunas de ellas ya han quedado obsoletas y perviven como siluetas sin demasiada utilidad (buzones y cabinas telefónicas), desplazadas por los teléfonos móviles, locutorios telefónicos, correo electrónico, etc.

La obsolescencia y la supervivencia de los elementos urbanos ya nos hablan en la etimología de sus significantes de ese continuum y esa imbricación espacio-temporal. La obsolescencia rememora (nos trae de nuevo a la memoria) el pasado y la supervivencia nos ata al presente con la mirada puesta tanto en el futuro inmediato como en la esperanza del futuro a largo plazo.

En relación a las formas de encuentro (ítem menos explorado en este trabajo, aunque sin duda el que me ha aportado más satisfacciones), todavía hay quienes juegan a las cartas en un bar y no mediante el teléfono móvil o el ordenador.

El uso de los elementos urbanos por las mujeres y los hombres es distinto (variable de género) y también cambia en función de la variable de la edad. Debido a que mi presencia en el campo ha sido tan corta no he entrado a analizar estas variables, a pesar de haberlas tenido en cuenta a priori como hipótesis inicial.*

Hipótesis de trabajo y cuestiones metodológicas:

La elección de la realización de fotografías responde a una querencia por captar momentos y lugares, para re-crearlos (volverlos a crear). Parafraseando a Marcus Banks (Los Datos visuales en investigación cualitativa): «Lo que se ve, la representación, tiene derecho propio, no es simplemente un sustituto de lo que no se ve, de lo que representa» (Banks, 2010:35-36)

Esta idea se complementa con la gran aportación del ensayo de Roland Barthes, La Cámara Lúcida, en la que apunta «Como la fotografía es contingencia pura y no puede ser otra cosa (siempre hay algo representado) -contrariamente al texto, el cual, mediante la acción súbita de una sola palabra, puede hacer pasar una frase de la descripción a la reflexión- revela enseguida esos detalles que constituyen el propio material del saber entológico» (Barthes, 1989: 47).

La fabricación de imágenes es un aprendizaje continuo. No he pretendido hacer fotos profesionales, pulcras en su ejecución, sino acotar al máximo el objeto de estudio, tener claro el objetivo y darles a las fotografías un encuadre propio con el que me siento identificada: es mi particular forma de mirar.

La utilitzación de una cámara de fotos digital**, por su practicidad y plasticidad, por poder visualizar la foto enseguida después de tomarla (primera «segunda mirada», previa a la «segunda mirada en profundidad» una vez que se pasan las fotos al ordenador y se escrutan con más calma).

La elaboración previa de una ruta de la ciudad, haciendo un listado de los observables empíricos, teniendo en cuenta criterios como el medio de transporte utilizado (moto) para desplazarme de escenario a escenario, así como poder llegar caminando a aquellos sitios que estaban más próximos. Hacer trabajo de campo en la ciudad propia, que conozco, ha propiciado hacer esta ruta sin ninguna dificultad.

La estación (primavera) y el tiempo climatológico también ha sido un elemento clave para este trabajo de campo pues en algunos de los lugares fotografiados se percibía mucho movimiento de transeúntes, al ser un día con nubes que amenazaba lluvia el turismo es más activo para visitar monumentos, museos y elementos urbanos de interés cultural.

La edición ha estado presente desde el principio, planificando la ruta, acotando los elementos a observar, imaginando los posibles escenarios, eligiendo el día propicio y acudir con una actitud curiosa, dejándome sorprender.

Solamente he considerado oportuno, después de una segunda mirada a las fotografías desde el ordenador (post-edición), elegir una de las fotografías y editarla en blanco y negro (la del pinacle). El resto de fotografías son originales en color y manteniendo el encuadre original (excepto la de la portada, que por cuestiones de espacio, he tenido que recortar) . Esto último ha sido posible porque he realizado muchas fotografías y he meditado mucho antes de hacerlas el tipo de encuadre  que quería (qué marco), qué iba a dejar dentro y qué iba a dejar fuera. Lo que me ha costado más es la selección de fotos, ya que he tenido que realizar muchos descartes.

Elegir el formato blog (como sugerencia de Sara Sama Acedo) me ha resultado muy atractivo (ya tenía experiencia como bloguera desde marzo de 2007 con un blog personal que cerré a principios de diciembre de 2012). Luego abrí otro a finales de febrero con un enfoque más visual, más antropológico, aunque imbuído de mi vivencia de incertidumbre ante un diagnóstico y todo un proceso de intervención quirúrgica y postoperatorio. Quise inicialmente adaptar este blog, aunque al final me he decidido por abrir en último momento un blog nuevo, especialmente para la presentación de este trabajo final. El formato blog ayuda a que sea un trabajo hipertextual, polivalente e interactivo. El blog nace con vocación de continuidad pues una vez presentado el trabajo a la UNED (enviado a la profesora Sara Sama Acedo) mi intención es hacerlo público y permitir que la gente pueda comentar, sugerir y transgredir. Es un documento vivo.

Lo imprevisto

A pesar de que inicialmente estaba planificada una única sesión de fotos, realicé una segunda sesión de fotos a raíz de uno de los últimos escenarios que fotografié (un solar abandonado con un molino en desuso) que me inspiró a añadir otro observable (otra categoría) que ya conocía teóricamente, aunque no había visitado todavía: el huerto urbano comunitario y jardín social. Aquí me remito a lo que Banks recoge cuando habla que «en general, los métodos de investigación visual tienden hacia lo exploratorio más que hacia lo confirmatorio. Se prioriza más un método de calidad, diseñado para llevar a la persona investigadora a DOMINIOS que podría no haber considerado y hacia HALLAZGOS no anticipados previamente» (las mayúsculas son mías).

Como consecuencia de este nuevo hallazgo decidí en la mitad del proceso de elaboración de este trabajo, incluir las supervivencias (además de las obsolescencias) porque evocan y construyen un concepto más anclado en el presente, más dinámico, que he querido dejar para las fotos finales, como posible punto de partida de un nuevo trabajo de campo.

Cuaderno de campo versus diario de campo

Siguiendo la distinción entre Cuaderno de campo (notas en el campo) y Diario de campo que hacen Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada en La Lógica de la investigación etnográfica (1997: 96), tengo que destacar que prácticamente en el campo no he utilizado las notas (las fotografías han sido realmente las «notas visuales»), lo que sí he ido utilizando son las notas electrónicas del móvil (iphone), que son formato post-it y me han facilitado el poder escribir propuestas e ideas que luego he plasmado en el campo.

En cuanto al Diario de Campo sí que ha sido el verdadero instrumento reflexivo que he utilizado en este trabajo. Ha sido un cuaderno de papel, con anillas, que he garabateado con flechas, citas de libros, categorías analíticas y algún dibujo.

Ejemplo de nota (cuaderno de campo digital) para plasmar una idea (fruto de la imaginación antropológica):

Nota electrónica de campo

Nota electrónica de campo

Diario de campo con ambiente casero relajado

Diario de campo con ambiente casero relajado

*En la post-edición de las fotos, como signo reseñable sí que quiero destacar que solamente sale una niña y una mujer adulta en las 20 fotografías, el resto son hombres. Significativo.

** Todas las fotografías están realizadas por mí con la cámara réflex  digital Canon EOS 1100D.

Dos Jornadas de trabajo de campo: rutas y escenarios.

Ruta planificada (Itinerario previsto a priori) para la primera sesión en el campo:

Primera parada: buzón de correos (Plaça de sa LLotja)
Segunda parada: cañones Passeig Sagrera Consolat de la Mar (Sede del Govern de les Illes Balears)
Tercera parada: fuente sin brotar agua. Plaça Drassanes.
Cuarta parada: Cabina telefónica encrucijada 5 calles.
Quinta parada: Cine Lumière (cerrado)
Sexta parada: Molinos de viento en desuso (Es Molinar)

Ruta definitiva realizada cronológicamente en la primera sesión en el campo 16/05/2013:

Primera parada: Cañones Passeig Sagrera, Consolat de la Mar.
Segunda parada: buzón de correos (Plaça de sa LLotja)
De camino a la tercera parada de la fuente, elementos imprevistos: Sa LLotja (edificio gótico del arquitecto Guillem Sagrera) Fotos no incluidas en el trabajo, de carácter estético.
Tercera parada: (Imprevista) carrer de Sa LLotja del Mar (Aldaba de puerta).
Cuarta parada: Plaça Drassanes (fuente sin brotar agua). (Fotografiada aunque no incluida en el presente trabajo)
Quinta parada: (imprevista) Bar Arenas (Plaça Drassanes), juego de cartas (Pinacle)
Sexta parada: cabina teléfonica encrucijada 5 calles. Elementos imprevistos: Contenedores de reciclaje (fotografiados aunque no incluidos en el presente trabajo). Paso de una Galera con turistas (imaginación antropológica, decido incluir esta categoría como un observable).
Séptima parada: Cine Lumière (cerrado). Espacio liminal (Avinguda de Sant Ferran) que separa los barrios de Son Cotoner y Es Fortí.
Octava parada: Carrer Conqueridor (Conductores de Galeras, caballos y turistas).
De camino a la siguiente parada (fotos de la fachada de un bar de música en vivo y fotos de una gata en una ventana). No previstas en el trabajo, de carácter estético y sentimental.
Novena parada: Molino en ruinas en solar abandonado. Surge un elemento imprevisto: boca de riego oxidada en desuso (la incluyo como nueva categoría observable).
Décima parada: chimenea urbana (la más alta de la ciudad) en un polígono del Coll d’en Rabassa. (fotografiada aunque no incluida en el presente trabajo)

Total de fotografías elaboradas (incluidas las de carácter estético): 204

20/05/2013: Segunda sesión de trabajo de campo.

No estaba prevista en la planificación inicial, decidí incluirla después del proceso reflexivo fruto de observar el solar abandonado de la novena parada de la sesión anterior.
Único escenario de esta sesión: Huerto urbano comunitario y jardín popular, ubicado en la esquina calle Bisbe Maura con Joaquim Maria Bover, del que ya conocía su existencia por noticias en el periódico y por las redes sociales (Twitter).

Total de fotografías elaboradas: 47

Cañón en obras: disculpen las molestias (Foto 1)

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Foto 1: Passeig Sagrera. Consolat de la Mar. 16/05/2013. 10,04 h.

La narrativa interna de esta foto es muy clara. En primer plano, un cañón apuntando amenazante al objetivo de la cámara ¿o es el objetivo de la cámara quien apunta directamente al cañón?. El cañón, que suele ser reconocido como símbolo del poder de destrucción, así como por su forma fálica también como símbolo de la genitalidad masculina, se me antojaba en estos momentos como desposeído de todos estos atributos. Porque ese cañón en concreto estaba rodeado muy estrechamente por otros objetos esporádicos que atenuaban todo ese poder.

Y esos objetos son las vallas azules, que consiguieron captar mi atención más que la boca del cañón. Vallas que llevan el logotipo del Ajuntament de Palma. Y me surgen algunos interrogantes:

¿Puede un cañón estar en obras,  ¿Qué tendrá estropeado?, ¿qué sentido tienen las vallas municipales?, ¿acaso necesita protección? ¿podría estar en uso o es solamente un elemento escultórico?. Estas preguntas podrían ser anecdóticas si no fuera por el lugar en el qué está ubicado este cañón: delante de la sede del Govern de les Illes Balears.

Es lo que Marcus Banks (2010: 33) apunta en Los Datos visuales en investigación cualitativa cuando dice «en qué medida se da significado a la figura únicamente por su relación con el fondo. (…) El significado de la imagen y el significado del contexto son mutuamente constitutivos»

Figura y fondo

El fondo de la foto no es superfluo. Además de la figura, el asunto principal que quería destacar, el cañón, tiene como fondo un edificio emblemático, muy turístico: La LLotja (La Lonja de Mercaderes), es un bello edificio recién rehabilitado, diseñado por el arquitecto Guillem Sagrera. Y a la izquierda de la imagen, sirviendo de marco, parte de la fachada del edificio del Consolat de la Mar, sede del Govern de les Illes Balears. Institución que representa a toda la Comunitat Autónoma.

La figura (cañón), el fondo, y lo que está fuera del marco configuran una imagen que chirría (sitio institucional, lugar turístico, cañón rodeado de vallas municipales)*

Palma de Mallorca is different!

Mi punctum barthesiano: las vallas azules que rodean al cañón.

¿Qué es lo que he dejado fuera?

A los turistas que pasaban, al ordenanza de la Sede del Govern de les Illes Balears que me observaba, al otro cañón gemelo (sin vallas), al fondo marítimo con velas y mástiles, a las banderas que ondeaban a lo alto (la europea, la española y la autonómica de les Illes Balears) en la Sede del Govern de les Illes Balears.

Nota: en este contexto hice 9 fotografías. He descartado 8.

*Una semana más tarde volví a pasar de camino por esa ruta y ya no estaban las vallas rodeando al cañón. ¿Tenía que encontrármelas justo ese día?

Buzón: agencia secundaria (Foto 2)

Foto 2: Plaça de La LLotja. 16/05/2013. 10,13 h.

Agencia y agencia secundaria

«Un objeto, como una fotografía o una obra de arte, nos hacen realizar cosas (…), porque un nexo de relaciones sociales humanas imbuye al objeto con una agencia aparente, con independencia de los deseos de cualquier individuo particular. La idea de que las imágenes, bien por derecho propio, o como herramientas de otros humanos, tienen agencia, implica que las imágenes trabajan». Banks (2010:31).

La figura del buzón, protagonista en primer plano. Estático, brillante aunque nadie repare en él. Hay demasiado ruido de fondo (y no solamente acústico). Es el ir y venir de turistas con prisa por fotografiar un monumento arquitectónico relevante de mi ciudad: el edificio gótico de La LLotja que, imponente, ocupa uno de los laterales de la Plaça donde está ubicado y a la que da su nombre.

Este buzón tiene lo que el antropólogo del arte Alfred Gell definió como «agencia secundaria», refiriéndose a la agencia de las personas desplazada a los objetos (Banks (2010:31).

En la fotografía, detrás del buzón hay personas (algunas de ellas, las que están de cara al objetivo, son turistas con sus cámaras preparadas). Aunque a mí me interesa más el nexo de relaciones humanas que me inspira este buzón: la agencia de las personas desplazada al buzón. Este buzón me habla de personas que escriben cartas y personas que las reciben. Personas que trabajan recogiéndolas, clasificándolas, repartiéndolas. Me habla del tiempo de espera de quien sabe que va a recibir una carta de amor y de quien la escribe y espera una respuesta, de la cara de angustia de quien recibe una carta de desahucio.

El ritual del texto manuscrito, de los sobres en blanco, de los sellos. ¿Qué valor tiene hoy en día? ¿han quedado obsoletos? ¿son complementarios a otras formas de comunicación, a otro tipo de mensajes que propician las nuevas tecnologías (mediante whats app, sms, mms, correo electrónico, videoconferencia, etc.)? ¿ha quedado el buzón solamente para gestiones bancarias y para personas nostálgicas?

A pesar de que las nuevas tecnologías amenazan con dejar obsoletos a los buzones, estos perviven y conviven aquí y ahora y son fuente de puestos de trabajo, quien sabe si amenazados por algún ERE, en los tiempos que corren.

No sabemos si tal vez llegará el día en que se nos comunique por Whats App que nos despiden del trabajo.

Mi punctum barthesiano: un chico y una chica con las cámaras de fotos en la mano preparadas, en movimiento, apuntando hacia la fachada principal del edificio de La LLotja. Curiosamente, descubrí a estas dos personas (turistas) cuando visualicé la foto de nuevo al pasarla al ordenador. Es un ejemplo de lo que Roger Canals & Laura Cardús (2010:23) explican de «la posibilidad de dar una segunda mirada, diferida, a la realidad observada en el trabajo de campo«. Cuando fotografié, observaba el buzón, no me interesó el fondo a pesar de que lo intuía. Y allí estaban, ¡¡con su ansia por fotografiar!! Una paradoja muy curiosa, ya que a pesar de que el buzón ha sido mi objeto obsoleto de estudio, son los turistas los que reclaman mi atención de forma difícilmente explicable. «Lo que puedo nombrar no puede realmente puzarme. La incapacidad de nombrar es un buen síntoma de trastorno». Barthes (1989: 68)

¿Qué es lo que he dejado fuera?
La fachada del edificio de La LLotja, otros transeúntes, un ficus inmenso, los restaurantes de la zona.

Nota: en este contexto hice 5 fotografías, he descartado 4.

Aldaba (in)significante (Foto 3)

Carrer Llotja de Mar 16/05/2013. 10,24h.

Foto 3: Carrer Llotja de Mar 16/05/2013. 10,24h.

Espacios intersticiale (liminales)

Curiosamente, esta fotografía la hice sin pensar en ningún objeto o elemento urbano obsoleto. La hice por la combinación de colores terrosos que me llamaron la atención. En una segunda mirada, ya al visualizar la foto más ampliamente y con detenimiento, es cuando surgieron dos elementos iguales, aunque distintos en su forma y que forman parte de una parte de la fotografía: las aldabas de las puertas. Concretamente, la figura obsoleta de esta fotografía es una aldaba minúscula con forma de mano (la de la derecha) que obliga a ampliar la visualización de la foto para observarla con detenimiento.

Es el contexto quien da significado a la (in)significante aldaba: las puertas y la fachada.

Se puede llamar a una puerta con los nudillos, se puede llamar al timbre si tiene, se pueden pegar voces desde la calle para que te abran, existen los porteros automáticos de los edificios. Las aldabas siguen existiendo, aunque no sabemos si como objeto de adorno o realmente cumpliendo una función que desde antaño tienen: la de llamar a una puerta para que te abran: sonido metálico, reminiscencias.

Una puerta es un espacio intersticial. Un espacio liminal que separa lo público de lo privado. Estas puertas, con sus aldabas, no dan a un espacio comunitario de una finca con varios vecinos y vecinas que necesiten tener un portero automático. Aquí, perviven las aldabas. Otra cuestión es saber si se utilizan o solamente forman parte del paisaje urbano de un barrio histórico de la ciudad.

Mi punctum barthesiano: el pivote de la izquierda, que está torcido. De nuevo, una paradoja con el objeto anteriormente explicado, la aldaba. ¿Por qué me llama la atención el pivote torcido? ¿por su imprefección? ¿ Tal vez porque rompe la armonía?

En una ciudad racionalizada hay elementos que destacan a pesar de que el Ayuntamiento intente imponer un criterio de homogeneización. Es inevitable que con el uso del tiempo este orden aparente se altere ya que la ciudad está hecha de fragmentos que no siempre guardan una lógica, un orden o un ritmo, a lo que hay que sumar la subjetividad de lxs vecinxs que conviven y que añaden o conservan elementos que pueden desentonar o quizás, quien sabe, complementarse.

¿Qué es lo que he dejado fuera?
Los jardines del Consolat de la Mar, la calle en la que está situada esta fachada, los balcones con sus geranios, transeúntes, una visión de la calle desde el interior del Edificio de La LLotja.

Nota: aunque en este contexto hice varias fotografías, eran a otros objetos, a otras figuras. A esta fachada, con sus puertas y a los pivotes, solamente le hice esta foto. Suficiente.

Pinacle: mi primera interacción con sujetos en el trabajo de campo (Foto 4)

Plaça Drassanes. Bar Arenas. 16/05/2013. 10,38 h.

Foto 4: Plaça de la Drassana. Bar Arenas. 16/05/2013. 10,38 h.

Este escenario surgió más por azar que por intencionalidad. Después de fotografiar una fuente de la que no brota agua (aunque tenga agua estancada) en la Plaça de les Drassanes (Atarazanas), foto que he descartado en este trabajo, acudí a un Bar conocido (El Bar Arenas, regentado por Xisco y Cele).
Allí sentada, con mi cámara, observé en la mesa de al lado a cuatro personas (hombres en edad de jubilación), jugando a las cartas. Me armé de valor y fue la primera vez en mi sesión fotográfica que me animé a presentarme como antropóloga y explicar el proyecto que estaba elaborando. Les pregunté a qué estaban jugando y me contestaron que a Pinacle. Les pedí si podía fotografiar la escena y accedieron. Solamente hice dos fotos. Aquí presento una que he editado posteriormente en blanco y negro, con total intencionalidad, ya que el juego del Pinacle es muy antiguo y la foto gana fuerza al quitarle el color, pues no quería resaltar tanto los colores de las cartas, sino las manos, el movimiento, la colocación, la concentración con la que estaban efectuando este ritual.

Ritual que pervive en este caso en el mismo bar de siempre, un bar que desde hace muchos años es un escenario típico de esta Plaza, con una miscelánea muy interesante de clientes habituales y esporádicxs.

Lo que he dejado fuera el marco (visualmente):
la fachada del Bar, a sus propietarios (Xisco y Cele), aunque sí que mantuve una conversación con ambos en los que me dijeron que ellos recuerdan que este bar ya lo regentaba la abuela de Xisco, por tanto, el establecimiento casi tiene 90 años y durante un tiempo al fondo tenía también una barbería.

Sensaciones: fue mi primera «entrada en escena» con sujetos de estudio (no con objetos). Me sentí un poco nerviosa y con sensación de «invadir» un espacio ritualizado. También me alegró comprobar que todavía perviven estas tradiciones que fomentan el encuentro personal «en carne y hueso» en contraste con las nuevas formas de «jugar» a juegos de mesa virtuales que arrasan en las redes sociales y en teléfonos móviles, muchas veces sí que conocemos personalmente a las personas con quienes jugamos, aunque en otras ocasiones preferimos escoger la opción «oponente aleatorix».

Mi punctum barthesiano: la expresión de la cara del jugador que está a la izquierda, su nariz y su arruga de expresión en la mejilla.

Nota: hice 2 fotografías y descarté 1. La elegida es la única editada (en blanco y negro).

Cabina telefónica: primer ejemplo de actancialidad (Fotos 5 y 6)

Foto 5: Cabina telefónica en encrucijada 5 calles. 16/05/2013. 10,54 h.

Foto 5: Cabina telefónica en encrucijada 5 calles. 16/05/2013. 10,54 h.

Foto 6: Cabina telefónica versus teléfono móvil. 16/05/2013. 10,59 h.

Foto 6: Cabina telefónica versus teléfono móvil. 16/05/2013. 10,59 h.

La performatividad con el público no se ve, cuando hay una actuación ante la cámara, cuando es una re-creación de un acto social (en este caso concreto un joven haciendo una llamada de teléfono con su móvil). Sigue siendo auténtico, aunque pierde espontaneidad. No es una afrenta a la veracidad, lo importante es la rigurosidad y el acto reflexivo que hace la persona investigadora teniendo en cuenta esta interacción con el sujeto (que ha accedido a ser fotografiado). Aquí se produjo actancialidad pues con la cámara colgando y dirigiéndome directamente a él después de dejar que hablara con su móvil para pedirle si podía (repetir) este acto ante mi cámara (de manera simulada), dio pie a un inicio de conversación sobre el tiempo y sobre la posibilidad de lluvia y la precaución con la moto por la ciudad.

Como dijo Jean Luc Godard: «la fotografía es verdad. Y el cine es verdad 24 veces por segundo»

La primera fotografía presentada aquí no fue la primera que hice, aunque sí que es una de las que han sido elegidas precisamente porque la hice sentada sobre un montón de folletos publicitarios que estaban pegados al cristal de una entidad bancaria que hace esquina. Decidí conscientemente en este escenario hacer algunas fotografías como «la mosca en la pared»* (ver nota 2), viendo como la cabina seguía inmóvil mientras pasaban a su lado sin percibirla y sin usarla algunas personas que transitaban en varias direcciones. La foto está llena de personas, aunque a mí me sugiere aislamiento, soledad, decadencia.

Mi punctum barthesiano: el de la primera foto es el señor de avanzada edad que camina encorvado y que está situado detrás de la papelera y anda con un caminador. El de la segunda foto es la postura de las piernas cruzadas del sujeto que accedió a teatralizar una llamada telefónica ante mi cámara después de que yo le viera colgar su teléfono móvil.

¿Qué es lo que he dejado fuera?

Varios bares, una farmacia, la entidad bancaria, las escaleras que suben a «Sa Placeta» y van a dar al Hospital General (Hospital público), una pastelería muy reputada, un Hospital privado.

Nota 1: hice 16 fotografías, de las que he descartado 14.

*Nota 2:  «Desde la antropología, Peter I. Crawford propone la clasificación del cine etnográfico en tres modos de representación. Para ello utilizará una metáfora ya clásica tanto en la historia del cine documental como en el cine etnográfico en la que el cineasta, que quiere filmar la vida tal como es, debe ser como «una mosca en la pared», pasar desapercibido para los actores sociales y no intervenir en los acontecimientos que registra. Crawford clasifica, pues, los modos de representación en función de la actitud del realizador, utilizando la
metáfora de la mosca: 1) el modo perspicuo -«mosca en la pared»-, se
corresponde con el estilo observacional, en la que el cineasta se mantiene distanciado de los acontecimientos que registra; 2) el modo experiencial -«mosca en la sopa»-, corespondería al modo interactivo de Nichols o al modelo participativo en mi esquema, que hace referencia a la participación del cineasta en la experiencia; y 3) el modo evocativo -«mosca en el yo»-, que correspondería al modo reflexivo de Nichols, en la que el realizador reflexiona sobre su relación con la cámara y los sujetos filmados, así como sobre las características del medio cinematográfico. « Elisenda Ardévol Piera. Cita electrónica según lo que la misma autora sugiere:

Ardèvol, E. (1994) La mirada antropológica o la antropología de la mirada. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, formato electrónico de la autora:
http://cv.uoc.edu/~grc0_000199_web/pagina_personal/eardevol_cat.htm

Día de consulta del enlace: 06/07/2013.

Nota 3: fue precisamente en la postura de «mosca en la pared» (en este caso en formato fotofráfico, no de vídeo), estando sentada encima de unos folletos publicitarios inmóvil apoyada en el cristal de la entidad bancaria, cuando vi pasar una Galera (caballos con conductor), paseando a unos turistas. Se me encendió la «vocecilla» antropológica y decidí añadir las galeras como categoría observable (ver fotografías 9 y 10).

Cine Lumière: la nostalgia como sesgo (Fotos 7 y 8)

Foto 7: Avinguda Sant Ferran. Calle liminal entre los barrios de Son Cotoner y Es Fortí. Cine Lumière, cerrado. 16/05/2013. 11,22 h.

Foto 7: Avinguda Sant Ferran. Calle liminal entre los barrios de Son Cotoner y Es Fortí. Cine Lumière, cerrado. 16/05/2013. 11,22 h.

Foto 8: Cine Lumière, el cine de mi barrio de adolescente y yo. 16/05/2013 11,22h.

Foto 8: Cine Lumière, el cine de mi barrio de adolescente y yo (mi reflejo). 16/05/2013 11,22h.

Cine Lumière. Un nombre que le hace un guiño a la historia. Cerrado desde hace ya varios años. El cine de mi adolescencia, en decadencia. Lo que se mantiene intacto son las letras gigantes del rótulo, aunque apagadas. En los bajos de un edificio, donde un vecino se ha parado. Pintadas en las paredes y en las puertas. Calle liminal, separa dos barriadas: la barriada de Son Cotoner y la barriada de Es Fortí, por tanto, al ser un espacio intersticial, se ha convertido en un ítem del imaginario urbano de estas dos barriadas. una frontera que sirve para recordar la importancia de la identidad vecinal de las personas que viven en una o en otra barriada.

«La imagen siempre me devuelve un retrato de mí misma en el campo», en este caso, literalmente. Se ve reflejada mi imagen en las dos fotografías. No es casualidad, es intencional. Quería estar ahí, aprehender los recuerdos que me trae este cine. Que quede constancia de mi imagen mezclada con esas baldosas y esas puertas que he visto durante tanto tiempo. Cuántas colas he hecho en esta calle para pillar las entradas. Recuerdo cuando en el cine proyectaban dos películas y había sesión continua. Tú pagabas por las dos películas, y muchas veces, te quedabas a repetir. Días de pandilla, días de amistad, descubrimiento de bellas e imborrables películas.

Cine, cine, cine, cine, más cine por favor, que toda la vida es cine, que toda la vida es cine y los sueños… cine son! Luis Eduardo Aute.

Reflexiono sobre el cierre de tantos cines en Palma de Mallorca*, de forma paulatina aunque constante, la conversión de estos cines en entidades bancarias, comercios, franquicias multinacionales, hoteles… en un mundo donde el oculocentrismo** domina todos los espacios lúdicos y de entretenimiento, mucha gente prefiere ver el cine en su casa o en multicines que están ubicados en zonas alejadas del centro de la ciudad junto a centros comerciales.

Al menos, este cine, el Lumière,  no se ha reconvertido todavía en nada más, permanece cerrado tal vez para recordarnos que alguna vez existió y llenó de emociones a muchísimas personas. En este caso, lo que he querido destacar no es la obsolescencia del significado en sí, del cine como cine en abstracto, sino la triste permanencia de un cine de barrio que tuvo que cerrar seguramente porque ya no era rentable  en términos económicos, aunque perduran raídas por el tiempo la taquilla, las pegatinas, algunos pósters, el rótulo del cine, símbolos de lo que antaño fue un cine en todo su esplendor.

Mi punctum barthesiano: de la primera foto las orejas de la persona que está en primer plano, el de la segunda foto, la pintada de color violeta: una B con una corona encima.

¿Qué es lo que he dejado fuera?

El mercado de «San Fernando», una papelería, un supermercado, una farmacia, varios comercios más, pues el cine está ubicado en una Avenida muy concurrida.

*Nota 1:  en mi primer blog personal, en su día (junio 2009) publiqué un post en el que incluía una foto de este cine (bajada de una noticia de un periódico en su versión digital), en el que se ve el cine cuando estaba abierto.  Se puede acceder en este enlace.

**Nota 2: Oculocentrismo: aparente privilegio de la visión sobre todos los demás sentidos en la sociedad occidental contemporánea (y su progresión creciente en otros lugares). Banks, (2010:34)

Nota 3: hice 28 fotos y he descartado 26. Achaco el gran número de fotos a una cuestión sentimental, este cine fue el cine de mi adolescencia y juventud (soy consciente del sesgo de la nostalgia en cada una de las fotos que hice en este escenario).

Galeras, caballos y miradas: la cámara observa y participa (Fotos 9 y 10)

Foto 9: Conductor de galeras. Carrer de Conqueridor (inicio desde Plaça de la Reina). 16/05/2013. 11,36 h.

Foto 9: Conductor de galeras. Carrer de Conqueridor (inicio desde Plaça de la Reina). 16/05/2013. 11,36 h.

Foto 10: Carrer Conqueridor (inicio desde Plaça de la Reina). 16/05/2013 11:45h.

Foto 10: Carrer Conqueridor (inicio desde Plaça de la Reina). 16/05/2013 11:45h.

En este escenario quiero destacar la intersubjetividad fruto de la interacción que mantuve con dos conductores de galeras. Al primero, que sale en la primera foto dentro de su galera, solamente le pregunté si podía fotografiarle, así, sin presentarme y sin preguntarle su nombre. Me contestó afirmativamente y miró fijamente a la cámara, sin cambiar su curiosa pose y sin inmutarse apenas, pues siguió en la misma postura bastante rato.

Después de hacer esta foto, estuve haciendo muchas más moviéndome por el escenario, un enclave muy turístico, cerca de la Plaza de la Reina, en la misma calle Conqueridor, donde está ubicado el Parlament de les Illes Balears y sube hacia el Ayuntamiento, El Consell de Mallorca y la Catedral. Todos los poderes fácticos juntos.

Aquí mi cámara era la «cámara-ojo» que ya utilizó Dziga Vertov (Ardèvol, 1994: 89, 236-237)*  aunque la mía no en versión vídeo, sino fotográfica.

Mis pies se movieron e hicieron  de «mosca en la sopa»  en este caso no fui «la mosca en la pared» que había sido en el escenario de la cabina telefónica, intentando pasar desapercibida.(aconsejo leer la nota 2 de las fotos 5 y 6)

Distintos escenarios que requieren distintos modos de ver. En este caso elegí lo que Jean Rouch propone en diálogo como parte de su proceso de trabajo de campo: «el ojo humano no es perfecto y se mueve según se mueve su portador(a), la cámara observa y participa» por tanto,  en este escenario he utilizado en algunas fotografías el modo participativo, interaccionando con parte de los sujetos observados. Acariciando los caballos, que son mis animales predilectos.

Curiosamente, en la segunda interacción que mantuve fui más valiente. Me presenté ante uno de los conductores de galeras como antropóloga  y mantuve una corta entrevista con él sobre su trabajo de la que hago un extracto:

Lena: ¿Hola me llamo Lena y soy Antropóloga, ¿cómo te llamas?»

Conductor de galeras: Francisco.

Lena: estoy realizando un estudio antropológico y me gustaría hacerte algunas preguntas.

Francisco: ¿es para alguna revista?

Lena: no, para un trabajo de fin de curso.

Francisco: entonces, sí.

Lena: ¿Cuánto hace que eres conductor de galeras?

Francisco: 20 años.

Lena: ¿Cuántas carreras puedes hacer al día?

Francisco: muy pocas.

Lena: ¿cuántas más o menos?

Francisco: no sé, entre 1 y 3.

Lena: ¿Y cuánto cuesta cada carrera?

Francisco: 30 euros.

Lena: ¿Puedo hacerte una foto?

Francisco: prefiero que no me hagas fotos.

Lena: De acuerdo, ¿estos son tus caballos?

Francisco: Sí.

Lena: ¿Cómo se llaman?

Francisco: Yarak y Prim.

(Le hago una foto a sus dos caballos y me despido cordialmente de él, agradeciéndole la información).

Entre las fotos descartadas hay muchas en las que salen turistas. Como la niña de la segunda foto, con rasgos orientales. Lo que no he querido meter en el marco de la foto es al resto de su familia, que sí fotografié un minuto después. Elegí esta foto de la niña sola con el caballo por la fuerza de su mirada, como si estuviera sintiendo el cansancio del caballo, el agotamiento que supone estar tantas horas parado o paseando a paseantes ocasionales.

Mi punctum barthesiano: de la primera foto, la pose del conductor de galera que mira a la cámara (su mano debajo de la barbilla). De la segunda foto, el pañuelo que la niña lleva en la cabeza y le cubre casi todo el torso. Y esa mirada fija caballo-niña, escrutándose y empatizando! (esta última aseveración mía es lo que la Programación Neurolingüística denomina una «alucinación», es una aseveración que hago basándome en lo que yo imagino que está sucediendo en esta mirada, es fruto de mi mapa mental, y hay que recordar que el mapa no es el territorio).

¿Qué es lo que he dejado fuera?

Las escaleras que suben a la calle Palau Reial, el Museo March, la visión de la calle Conqueridor hacia Plaça de la Reina y hacia la otra dirección, la escultura de Miró, turistas y más turistas paseando, un mimo delante de la entrada a los Jardins de l’Hort del Rei, otras Galeras y caballos, transeúntes.

*Nota 1: «El cinéma vérité está inspirado en el término utilizado por el realizador cinematográfico Dziga Vertov, kino-pravda (cine- verdad) y en su kinoki (cine-ojo). (…) Para Vertov las imágenes tienen que hablar por sí mismas -escuela de la imagen- y el trabajo del cineasta es captar la realidad social en su espontaneidad, con un claro compromiso político y una reflexión sobre el cine casi visionaria». (pág. 89)

«Mi propuesta es que la cámara se incorpora al trabajo de campo como una prolongación del investigador y ésta es parte integrante del proceso comunicativo que tiene lugar durante la investigación de campo. En contra de la perspectiva mecanicista que ve en la cámara un mero instrumento técnico impersonal, la cámara interactiva, movida por el investigador, es una cámara «viva», personificada, a la manera de Dziga Vertov y su idea de cámara-ojo. Entiendo el cine etnográfico de exploración a partir de la cámara antropológica, una cámara observadora y participante, que se sumerge en el terreno de campo y que interactúa con los participantes constituyendo un proceso comunicativo. La cámara antropológica es una cámara viviente en el sentido radical en que lo entendieron Vertov y Jean Rouch. La cámara interactiva y sumergida es una cámara anclada en el terreno de la práctica etnográfica, de forma que es un elemento clave de la comunicación del investigador con los sujetos filmados y del camino que tomará la investigación.El trabajo de campo debe entenderse entonces, como un proceso de comunicación, en el que la máquina no es un instrumento mecánico, sino un elemento activo, que interactúa con los sujetos e interviene creativamente en la relación entre el investigador, el grupo social estudiado y el contexto de investigación· . (págs. 236-237)

Elisenda Ardévol Piera (1994: . Cita electrónica según lo que la misma autora sugiere:

Ardèvol, E. (1994) La mirada antropológica o la antropología de la mirada. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, formato electrónico de la autora:
http://cv.uoc.edu/~grc0_000199_web/pagina_personal/eardevol_cat.htm

Día de consulta del enlace: 06/07/2013.

Nota 2: hice 45 fotos y he descartado 43. Ya tenía más soltura e interaccioné con dos conductores de galeras, ambos de etnia gitana.

Molino en ruinas, solar abandonado (Fotos 11 y 12)

Foto 11: Es Molinar. 16/05/2013. 12,00 h.

Foto 11: Es Molinar. 16/05/2013. 12:00 h.

Foto 12: Es Molinar. 16/05/2013 12:10 h.

Foto 12: Es Molinar. 16/05/2013 12:10 h.

En estas dos fotografías quiero analizar el concepto de contexto.

La figura de la primera fotografía es un molino en ruinas, distinto al resto de molinos que hay por la zona pues es de estructura redonda y no cuadrada. Ya no queda ni un vestigio de sus aspas. ¿Obsolescencia o decadencia? si nos fijamos en el contexto próximo (el solar donde está ubicado, que es un solar abierto al público), parece más lo segundo pues la basura y los escombros ayudan a esta visión de suciedad y abandono (narrativa interna llena de desorden). Llama la atención que haya un edificio prefabricado y una barca con su remolque (se desconoce si la barca permanece en dique seco todo el año o se utiliza).

Diferencias que yo percibo entre obsolescencia y decadencia

Obsolescencia remite a algo que tiene fecha de caducidad, aunque tambén existe la acepción de algo que ya está en desuso, que ya no se utiliza tanto como se utilizó en el pasado y que está próximo a dejar de ser útil. La decadencia, en cambio, remite a algo que debido a la dejadez en su cuidado, presenta un aspecto descuidado, que no ha tenido un mantenimiento adecuado, que tiene reminiscencias de un antiguo esplendor. (No he usado diccionario para estas definiciones, son totalmente subjetivas, se agradecerían vuestras aportaciones y sugerencias).

Ampliando el marco

Más allá de la narrativa interna de la foto cabe resaltar que la mar se encuentra a unos ciento cincuenta metros del lugar en el que se ha tomado esta fotografía (en dirección a la parte derecha de la imagen).
Este solar en la parte izquierda de la fotografía (y fuera del marco), tiene un almacén de venta de objetos de segunda mano, recientemente inaugurado, cuya parte trasera sirve como aparcamiento.

En cuanto al fondo de la imagen destacan dos elementos: el impresionante cielo nublado que amenaza lluvia y que contribuye a enfatizar la sensación inquietante de la fotografía y los edificios que ayudan a reconocer en ella un contexto urbano. La narrativa externa es también muy rica, expande el marco y tiene que ver con los factores sociales que influyen en el marco fotográfico que he seleccionado. El contexto social donde está enclavado este solar, la barriada de Es Molinar, situada entre Es Portitxol y Es Coll d’en Rabassa (concretamente esta calle se podría considerar la última de Es Molinar, pues la siguiente, en dirección a Es Coll d’en Rabassa ya es la zona de La Gruta).

Es Molinar es una barriada muy emblemática y a pesar de estar alejada del centro histórico de la ciudad, es un sitio bastante cotizado para vivir, tanto por su cercanía a la mar como por su tradición marinera y el fuerte carácter reivindicativo de su Asociación de vecinas y vecinos.

Mi punctum barthesiano: de la primera foto, el texto que puede leerse en la pared del molino, «Prohibido bañarse». Una paradoja actualmente (antes debía haber alguna acequia). De la segunda foto: la barca encima de su remolque (fuera de contexto).

Curiosamente, justo unos instantes después de tomar estas fotos, empezó a lloviznar. Ya lo dice el texto de las paredes del molino: «prohibido bañarse», aunque nada advierte sobre «prohibido empaparse de mansa lluvia».

¿Qué he dejado fuera?

Otras perspectivas del solar y del molino, con un señor caminando, la calle en la que se encuentra un local de música en vivo, la fachada del local, con un grafitti.

Nota: hice 14 fotos y he descartado 12.

Boca de riego: la perspectiva (Foto 13)

Foto 13: Carrer de Sor Isabel Cifre con carrer Albarrassí  (Es Molinar). 16/05/2013. 12,09 h.

Foto 13: Carrer de Sor Isabel Cifre con carrer Albarrassí (Es Molinar). 16/05/2013. 12:09 h.

Esta imagen me provocó sensaciones inquietantes. Por un lado, tristeza  por su deterioro, por su oxidación y por otro lado, desasosiego al pensar si estaría operativa en caso de incendio. El color rojo es un color poderoso que contrasta con el verde de los árboles del fondo, convirtiendo la imagen en un juego cromático atractivo, que ayuda a calmar las sensaciones anteriores. La figura principal, el agente secundario, en este caso un objeto como una boca de riego, me hace reflexionar en la profesión de quién la tiene que utilizar, en el ritual de apagar un incendio, en la tremenda desolación de quien vive de cerca un incendio urbano en el que tristemente en ocasiones hay que lamentar daños además de materiales, también humanos.

En este caso, la oxidación de la herramienta no es un signo de obsolescencia de la profesión de quién la utiliza, más bien al contrario, es una profesión que persiste aunque no nos fijemos apenas en estos elementos urbanos que están diseminados por zonas estratégicas de toda la ciudad.

La perspectiva de la foto también es protagonista: tuve que agacharme para tomar esta foto y poder desenfocar el fondo para destacar la figura principal. Aún así, es curioso que lo que me «atrapa» no es lo evidente, la boca de riego, sino la persona que está al fondo.

Mi punctum barthesiano: la persona de espaldas en segundo plano, que se aleja caminando con algo en la mano izquierda.

¿Qué he dejado fuera?

Contenedores de reciclaje, semáforo en color rojo, semáforo en color ámbar, semáforo en color verde, coches que pasan por la calle principal, el prado con un molino con aspas.

Nota: hice 11 fotos y he descartado 10.

De solar abandonado, a huerto urbano comunitario y jardín popular: posible trabajo de campo como extensión al actual (Fotos 14 a 20)

En este apartado, que forma parte de las estrategias de supervivencia de la ciudadanía organizada, doy una pincelada más amplia a nivel visual y menos a nivel textual, porque mi intención es hacer caso a lo que Sara Sama Acedo propone en su texto: Reflexiones sobre la aproximación etnográfica en la acción participativa y la cooperación (2006): concretamente en su párrafo inicial, cuando expone: «La mayoría de los proyectos más allá de su trascendencia, dificultad y tamaño, suelen comenzar con un “¿y por qué no…?”, esta cuestión, que todos recordamos como el momento en que parece que las piezas por fin encajan y cobran sentido produciendo un “clic” en nuestras cabezas, es la pregunta clave que suele impulsarnos a la acción y así a generar cambios en el mundo que habitamos y a participar de su re-producción en mil y una formas diferentes.  (…/…)  ¿por qué no aprender cómo y qué aprenden las distintas personas de una comunidad antes de enseñar lo que pre-suponemos que les hace falta para vivir?”

En mí se produjo ese clic. Los detonantes fueron dos: contemplar un solar abandonado y «recordar» un artículo de prensa de hace tiempo en el que se daba a conocer este proyecto ciudadano, altruista, de recuperar el solar para convertirlo en un Huerto urbano comunitario y jardín social. Y un tercer detonante fue encontrar en Twitter una alusión a este huerto en el que se veían dos fotografías editadas juntas (una al lado de la otra): el solar antiguo, abandonado, y el solar recuperado. He aquí la foto que encontré en Twitter de «MallorKaEnRebel-lió»:

Foto bajada de la cuenta de Twitter de "Mallorca en Rebelió"

Foto bajada de la cuenta de Twitter de «Mallorca en Rebelió»

Tal vez la conjunción de estos hechos haya contribuido a mi decisión de ampliar el campo, hacer una jornada exclusiva en este escenario e inundar mi retina con las semillas, las flores, las verduras, las hortalizas, los graffittis y las consignas informativas, solidarias y reivindicativas que decoran las paredes laterales del huerto, que son las dos fachadas laterales de dos edificios distintos que dejan un espacio intersticial donde se ha construido el huerto urbano y el jardín social (no solamente es para alimentar el cuerpo, sino también el alma).

Como estrategia metodológica del futurible trabajo de campo allí, he pensado que para que me facilite «la entrada en el campo» voy a llevar el Ipad y enseñarles las fotos que he realizado, para ponerlas a su disposición, para que elijan las que más les gusten y romper el hielo y ganarme su confianza. Eso solamente será posible con una buena planificación del tiempo que le voy a dedicar y dependerá de mi salud y de que sea una idea que tanto a las personas promotoras del Huerto como al resto de agentes implicadxs que participan de forma voluntaria, les guste la idea y quieran co-participar en este proyecto. La mirada elegida será la participativa y reivindicativa. Lo de entregar las fotografías a los sujetos viene a ser una versión casera (salvando todas las distancias y con objetivos distintos) de lo que Pierre Bourdieu hizo en Argelia con sus fotografías (idea extraída del excelente documento textual y visual de Sara Sama Acedo «Pierre Bourdieu y la fotografía: reflexiones a raíz de la exposición sobre sus fotografías en Argelia»).

Hecha esta introducción, paso a las fotografías, no sin antes mencionar que era tal la emoción que sentí fotografiándolo, que se me pasó un objeto que está muy a la vista, pero que solamente percibí en una segunda mirada: el buzón que está en la fachada. Comprobado:  en ocasiones, la emoción puede nublar la visión.

Nota: hice 47 fotos y he descartado todas menos las que faltaban para cumplir con las 20 fotografías que el proyecto dejaba incorporar. Por tanto, hay espacio para estas 7 fotografías, así se equilibra un poco la balanza entre las obsolescencias y las supervivencias:

Declaración de intenciones

Foto 14: Declaración de intenciones

Visión del espacio comunitario desde la esquina de enfrente

Foto 15: Visión del espacio comunitario desde la esquina de enfrente

Reutilizando materiales: cualquier formato es válido para que la vida resurja.

Foto 16: Reutilizando materiales: cualquier formato es válido para que la vida resurja.

Foto 17: Transgrediendo la tipografía, una letra peculiar.

Aloe Vera con advertencia:

Foto 18: Aloe Vera con advertencia: «coger con moderación por favor» (en català)

Visión con perspectiva y mensaje saludable

Foto 19: Visión con perspectiva y mensaje profundo y saludable.

La ciudadanía organizada y solidaria: turnos de riego y consignas contra el racismo.

Foto 20: La ciudadanía organizada y solidaria: turnos de riego y consignas contra el racismo. Perspectiva parcial de la otra fachada.

Gratitud(es)

Agradezco a Amapola Velázquez Moraleda, mi compañera de vida, su apoyo incondicional, su aliento constante, sus sugerencias y su colaboración en la primera selección de fotografías. Y por creer antes que yo misma que soy antropóloga y contagiármelo!

A las compañeras del curso y a Sara Sama Acedo su escucha y comprensión durante la jornada presencial, a la que no pude asistir en persona por motivos de salud. Y a Victoria por sus sugerencias y su apoyo.

A Sara Sama Acedo de nuevo, por sus mensajes de correo electrónico, tan pertinentes siempre, tan acertados, tan positivos y tan llenos de entusiasmo (y sus comentarios y sugerencias para mejorar el blog tanto en diseño como en contenido).

He elegido la sesión fotográfica por su interés y curiosidad en ver mis fotos después de realizar la práctica del tema 2 de la Villa de Vallekas. Sin este empuje y este acicate, seguramente me hubiera decantado por el ensayo escrito. Y gracias también por su generosidad al dejarnos una síntesis de su tesis doctoral, que ha iluminado toda mi primera incursión en el campo de la antropología visual.

Y doy gracias a mi optimismo, a mi resiliencia y a la oportunidad que me ha brindado este curso de conjugar mis dos pasiones: la Antropología y la Fotografía.

Gracias, gracias, gracias!